¿Quién teme a Titania McGrath?
'Mi nombre es Titania Gethsemane McGrath. Soy una poetisa interseccional radical comprometida con el feminismo, la justicia social y la protesta pacífica armada'
Titania McGrath ha alcanzado la fama con dos libros (WOKE y Mi pequeño libro de activismo interseccional) cuya primera lectura desconcierta al resultar difícil discernir si se trata del relato de una iluminación o de su parodia. Pero lo maravillosamente sorprendente viene después, al constatar que la realidad es más grotesca que la parodia.
“Titania McGrath es, en realidad, Andrew Doyle, periodista y humorista británico que se ha erigido en uno de los más furibundos defensores de la libertad de expresión —«esa herramienta fascista para diseminar odio», según Titania— y más activos críticos contra la cultura de la cancelación, que cuenta con un sinfín de detractores y algún admirador como el también incómodo Ricky Gervais”, en palabras de Fernando Molezún.
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Ésta es la introducción de Titania a su primer libro ‘Woke’:
Dios es una lesbiana negra judía | Derek Jarman
Yo nací siendo woke. Mi consciencia es innata. Fluye por mis venas como un elixir mágico, mantiene mi alma pura y lista para el combate. En muchos sentidos, soy como la Juana de Arco de nuestros días: indomable, adelantada a su tiempo, con gran dominio del francés.
Algunas veces se me acercan desconocidos para darme la enhorabuena por mi inquebrantable sentido de justicia social. «Titania —dicen—, nos acabamos de conocer, pero me pareces alguien cuya mera existencia personifica la conexión entre las virtudes del coraje y la verdad».
Este tipo de cosas me pasan prácticamente a diario.
Con tu permiso, me presento. Mi nombre es Titania Gethsemane McGrath. Soy una poetisa interseccional radical comprometida con el feminismo, la justicia social y la protesta pacífica armada.
En los últimos años me he convertido en una figura descollante en los recitales de poesía slam. Para quienes no sepáis qué es la poesía slam, es como la poesía corriente, pero con más pausas. Al acabar se suele servir un bufet sin lactosa.
Actúo con frecuencia en festivales de arte, iglesias desconsagradas y retiros espirituales lésbicos. He escrito más de cinco mil poemas, de los que en este libro incluyo una selección. Uno de mis favoritos es «Cómo electrocutar a un pastor», dedicado a mi tío Asbjørn, el único hombre al que he llegado a amar. Descanse en paz cuando fallezca.
Hay momentos en que me asusta mi propio talento. A veces, cuando leo mi obra, no puedo evitar llegar a la conclusión de que soy la única artista actual digna de mención. Tengo una capacidad única para extirpar la intolerancia de la cultura occidental contemporánea con el bisturí lingüístico.
Como icono milenial a la vanguardia del activismo en redes, estoy excepcionalmente capacitada para guiarte a través de la apabullante multitud de conceptos que comprende la doctrina woke actual. En pocas palabras, soy mucho mejor persona que tú.
Esto no es arrogancia. Incluso diría que tener tanto talento es una maldición. Preferiría ser mediocre, como todos los demás.
La batalla por la justicia social lleva demasiado tiempo en manos de hipsters de clase media, de esos que compran en Urban Outfitters y piensan que el aceite para la barba es una buena inversión. En realidad, ser woke es mucho más fácil de lo que piensa la gente. Todo el mundo puede ser activista. Solo hay que añadir una bandera arcoíris a tu perfil de Facebook, o increpar a una persona mayor que no entiende lo que significa «no binario», y ya estás mejorando el mundo. De hecho, las redes sociales han posibilitado que demostremos lo íntegros que somos sin tener que hacer nada en absoluto.
Activistas como yo lideramos una nueva guerra cultural, detectamos el prejuicio como intrépidos sabuesos de la moralidad y hostigamos valerosamente la injusticia. Por dar un ejemplo concreto de nuestros logros, hemos conseguido ampliar la definición de la palabra «nazi» para que incluya a cualquiera que haya votado a favor del Brexit, o que se haya planteado votar alguna vez a un partido conservador, o que se niegue a tomar en serio el Guardian. Aunque esto ha sido una importante victoria para la causa progresista, también implica que hoy hay más nazis en Inglaterra de los que había en la Alemania de los años treinta. Por ello este libro no solo es oportuno, sino también esencial.
Un hombre no hubiera podido escribirlo. Los hombres nunca podrán llegar a ser woke por completo debido a su masculinidad eminentemente tóxica. Temen el poder del ioni, la cadencia primigenia del ciclo menstrual. Las mujeres son diosas celestiales, hermanas de sangre de la sagrada bruja de la luna.
Soy narradora de verdades, destructora de patriarcas y osada metafísica. Armada con un escroto de género neutro, toco los huevos a los enemigos de la justicia. Doy de mamar a los bebés de la esperanza con mis robustos pechos de igualdad.
Si estás leyendo esto, es posible que no seas capaz de mantenerte al día en las tendencias actuales. Mi deber es guiarte a través de los campos minados de la justicia, convertirte en una versión más satisfactoria de ti mismo. Imagina que soy una alfarera en su taller y que tú eres barro deforme en mis manos.
Si quieres, puedo darle forma a tu destino.
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Aquí tenéis su primer libro en PDF. De nada